El
caballo es la herramienta por excelencia de las Terapias Ecuestres. Por esta
razón, un veterinario debe desarrollar un completo examen de salud del animal
de forma regular (vacunaciones, sistemas de desparasitación, cuidado dental,
necesidades de herraje y consideraciones pertinentes).
Debe
ser un caballo no demasiado joven, entre 5 y 20 años, aunque su rango ideal
sería entre 8 y 16 años. Preferiblemente, no debe sobrepasar los 1,60 metros de
altura de grupa. Debe contar con experiencia y con un temperamento amable y
noble que garantice la seguridad del jinete. El caballo debe ser a prueba de
espanto e indiferente hacia los objetos que se mueven en su cercanía o la gente
que les toca.
En
cuanto a los profesionales que interviene en las Terapias Ecuestres, podemos
hablar de un grupo multidisciplinar muy amplio. Las necesidades de cada usuario
determinan qué profesionales deben hacerse responsables de las Terapias, y por
tanto, del seguimiento de cada una de las sesiones.
Actualmente,
los profesionales más demandados son Psicólogos y Fisioterapeutas, pero el
desarrollo de las Terapias Ecuestres nos debe llevar a la consideración de
incluir otros profesionales como Pedagogos, Logopedas, Terapeutas
ocupacionales, Técnicos de equitación, etc.
Todos
ellos deben contar con formación específica en Terapias Ecuestres y con
absoluto respeto hacia el papel del resto de profesionales que intervienen en
las terapias.
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