La
Equinoterapia está recomendada para personas con discapacidad psíquica, física
o sensorial, personas con trastornos psicológicos, del lenguaje o del
aprendizaje y personas con problemas de marginación o inadaptación social.
Adolescentes: un
investigador explica que la equinoterapia asistida es una alternativa para los
jóvenes adolescentes porque el ir a la granja y pasar un tiempo con los
caballos, parece menos intimidante para los niños, pero puede ser igual de
eficaz. Además, "ir al granero" reduce el estigma asociado con
"ir al psicólogo", que podría ser particularmente beneficioso para
los clientes adolescentes.
Víctimas
de abuso: un estudio entrevistó cinco sobrevivientes
de abuso sexual que participaron en la equinoterapia asistida durante su
recuperación. Basándose en los resultados de la entrevista, los participantes:
·
sintieron que habían recuperado el
control de sus cuerpos, y que ya no se sentían impotente para sus víctimas.
·
disfrutaron de la naturaleza de la
mano de la equinoterapia asistida, en lugar de hablar y pensar en sesiones.
·
beneficiando de la respuesta
inmediata de los caballos, como espejo y sin prejuicios, más eficaz en muchos
casos que la terapia de conversación tradicional.
Además de
las siguientes discapacidades:
- Discapacidades físicas: accidentes cardio-vasculares, ataxia, distrofia muscular, discapacidad visual, discapacidad auditiva, esclerosis múltiple, espina bífida, hemiplejia, parálisis Cerebral Infantil, paraplejia, parkinson, traumatismos cráneo-encefálicos, fibromialgia, lesiones medulares, lesiones cerebrales, fibrosis quística, politraumatismos.
- Discapacidades psíquicas: alzheimer, anorexia, bulimia, depresión, discapacidad mental, hiperactividad, síndrome de Down, trastornos generalizados del desarrollo: Autismo, Asperger, Rett, trastornos de conducta, trastornos por déficit de atención, retraso psicomotor, trastorno del desarrollo.
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